La Unión Europea pone fin al geobloqueo en el comercio electrónico dentro de sus fronteras. Desde principios de diciembre se han acabado gran parte de las restricciones geográficas que limitaban la compraventa de artículos de consumo en la red. Esto supone que, por ejemplo, un alemán podrá comprar libremente zapatos en un portal de venta online en Italia sin que el precio sufra ningún recargo.
Según los datos de 2015, el 63 por ciento de los portales comunitarios de comercio electrónico no permitía a los usuarios realizar pedidos desde otro país. Gracias a esta nueva normativa, los consumidores de cualquier lugar de la Unión Europea podrán comprar en internet sin ser redirigidos al dominio del país de origen y disfrutar de las mismas condiciones de entrega. De acuerdo con el nuevo «los comerciantes no podrán aplicar distintas condiciones de pago por motivos relacionados con la nacionalidad, con el lugar de residencia o con el lugar de establecimiento de un cliente, con la ubicación de la cuenta de pago, con el lugar de establecimiento del proveedor de servicios de pago o con el lugar de emisión del instrumento de pago en la Unión Europea».
El calzado es uno de los productos que se verá beneficiado por este cambio legislativo; no así los artículos protegidos con derechos de autor, como libros electrónicos, películas o canciones de música, los cuales continuarán afectados por restricciones geográficas al menos hasta 2020, año en el que se revisará la norma.