Fingerlings apuesta por una estrategia de coleccionables

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«Es el producto correcto en el momento correcto», afirma Richard Gottlieb, experto en la industria del juguete. Hace justo un año, WowWee, una compañía canadiense especializada en juguetes robóticos con sede en Hong Kong, lanzó Fingerlings en EE. UU. Estos pequeños monos en miniatura, capaces de llevarse en un dedo,se posicionaron en la lista de los juguetes más deseados, convirtiéndose en el producto estrella de las Navidades de 2017. Para la próxima campaña, la firma canadiense pretende repetir este éxito y para ello apostará por una estrategia de colecciones, expandiendo su universo, esta vez, al mundo jurásico.

La familia Fingerlings comenzó con una serie de seis monos de colores brillantes que podían interactuar con los niños. Se agotaron nada más llegar a las estanterías. Después se puso en el mercado un trío de unicornios y dos perezosos. La última línea se basa en un cuarteto de pequeños velociraptores. Al igual que otros de los modelos Fingerlings, estas figuras responden al tacto y los estímulos, y tienen más de 40 respuestas amistosas o feroces, desde rugidos y siseos hasta ronroneos.

Debido a su éxito, WowWee se ha tenido que enfrentar a dos retos. Las falsificaciones y la necesidad de aumentar su producción para responder a una demanda inesperada. A finales de año, la firma había conseguido una orden de restricción temporal de 165 falsificadores.

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