El 1 de septiembre Estados Unidos hizo oficial sus nuevos aranceles para productos chinos. Se abre así un nuevo capítulo en la guerra comercial abierta entre ambos países y que mantiene al comercio global en permanente tensión. La lista de productos que han pasado a pagar automáticamente un gravamen del 15 por ciento es larga (se recogen en un documento de 122 páginas firmado por el presidente estadounidense Donald Trump) y abarca casi todos los sectores imaginables, desde la alimentación al juguete pasando por los muebles, aparatos electrónicos y calzado.
Muchas compañías estadounidense han mostrado su preocupación por lo que creen que es una medida que obligará a aumentar el precio final del producto y, por tanto, reducirá el consumo interno en EE. UU.
Muchas compañías estadounidense han mostrado su preocupación por lo que creen que es una medida que obligará a aumentar el precio final del producto y, por tanto, reducirá el consumo interno en EE. UU. Por ejemplo, el sector zapatero, un grupo de más de 170 compañías, incluidas las multinacionales de artículos deportivos Nike y Adidas, han reclamado al presidente Trump que suprima el calzado de la lista de productos chinos afectados por los sobrecargos en aduanas. Según la patronal del calzado estadounidense FDRA, esta subida tributaria costará 7.000 millones de dólares al consumidor final, «los aranceles adicionales para el calzado serán catastróficos para nuestros consumidores, nuestras compañías y la economía estadounidense en general». Por su parte, Rick Helfenbein, presidente y director de la Asociación Americana de Ropa y Calzado (AAFA), afirma que, si bien «reequilibrar nuestra relación comercial con China es de vital importancia», no puede hacerse gravando «a las empresas estadounidenses, a los consumidores estadounidenses y a la economía estadounidense».
Asimismo el Gobierno de Trump ya tiene previsto nuevos gravámenes a los productos chinos, que se ejecutarán el próximo 15 de diciembre coincidiendo con la campaña de compras navideñas. Entre los productos que se verán afectados en esta ocasión, encontramos videojuegos, juguetes para mascotas, paraguas, dispositivos electrónicos e, incluso, sacapuntas.