Uno de cada cuatro comerciantes ha afirmado que tendrá que cerrar su negocio antes de finales de año si la mala situación económica generada por la covid-19 sigue igual. Estas malas previsiones afectarían a más de 160.000 establecimientos. Según la asociación de autónomos UPTA más de la mitad de los pequeños comercios facturaron en agosto entre un 40 y un 60 por ciento menos que en 2019. El verano y el fin del confinamiento no han supuesto el rebote del consumo deseado y el 75 por ciento de las tiendas confirman, según UPTA, que su facturación durante el período estival ha sido menor al del año anterior. Solo los establecimientos relacionados con la alimentación han podido mantener unas ventas estables o con bajadas nunca superiores al 10 por ciento. «El comercio ya atravesaba una grave crisis, agudizada además por el largo confinamiento.» ha explicado el presidente de UPTA, Eduardo Abad, «las ventas online en las grandes plataformas han crecido un 18 por ciento. Los hábitos de consumo están cambiando, y si añadimos el temor al contagio y la incertidumbre económica se está creando la tormenta perfecta» advierte.
Desde el sector han pedido medidas concretas y de emergencia para ayudar a los pequeño comercios como la rebaja del IVA, la puesta en marcha de planes para incentivar el consumo, ayudas para impulsar la digitalización o la mejorar en la formación y cualificación profesional.